Diario
Ejemlo de Gráfico
Inflación,
subocupación y desempleo
En
2012, los indicadores sociales se vieron afectados por el freno
económico. Y la ayuda social fue insuficiente.
En
2012, los indicadores sociales fueron afectados porque la economía
se frenó, la inversión tuvo una fuerte caída, el empleo privado en
blanco se estancó, hubo un aumento del trabajo en negro, creció la
subocupación, subió levemente el desempleo y la inflación rondó
el 25% anual.
Con
este escenario, y como señala Agustin Salvia, director del
Observatorio Social de la UCA, “en la medida que la mayor parte del
presupuesto de los hogares de más bajos ingresos está formada por
la asistencia que brindan los programas sociales, los efectos
recesivos e inflacionarios de 2012 habrían sido compensados por los
aumentos otorgados en estas ayudas económicas. Esta situación, más
un aumento del subempleo de subsistencia, explican que no se haya
registrado un aumento de la indigencia o haya sido muy leve. De todos
modos debe aclararse que se trata de una población en situación
de indigencia estructural”.
Así,
aunque se pagan 1,2 millón de pensiones no contributivas, los padres
de 4 millones de chicos cobran la Asignación por Hijo y varios
cientos de miles de personas cuentan con planes sociales, los 2,2
millones de indigentes que registró la UCA marcan que todas esas
ayudas son insuficientes.
En
tanto, para que la pobreza retroceda se requiere, entre otras
condiciones, que haya más empleo, que disminuya el empleo en negro y
aumenten los salarios reales. Y en 2012 pasó lo contrario. Según el
Ministerio de Trabajo en 2012 el empleo privado cayó el 1,2%,
afectando con mayor fuerza a los trabajadores de Córdoba, Rosario y
Mendoza.
Por
su parte, el INDEC informó la semana pasada que, a fines de 2012, la
mitad de la población ocupada ganaba menos de $ 3.500 mensuales,
mientras los asalariados en negro aumentaron del 34,2 al 34,6%.
Si se incluye a los no asalariados, la ocupación informal se eleva
al 45%. En tanto, el haber mínimo, que cobra el 75% de los jubilados
equivale a la mitad del valor de la canasta básica del jubilado que
calcula la Defensorìa de la Tercera Edad.
Las
diferencias sobre el número de indigentes y pobres no son nuevas. Ya
suman 6 años, desde que a comienzos de 2007 quedó “intervenida”
el Área de Precios del INDEC afectando los índices de precios, el
cálculo del PBI y los indicadores sociales. Con el paso del tiempo,
lejos de reducirse, la brecha se fue ampliando a tal punto que “hay
dos Argentinas” según las estadísticas que se utilicen.
Hecho Por Facundo Grorshaus